-->

miércoles, 25 de enero de 2012

Limbo: Capitulo 3

Interrogatorio, Recuerdos, Dolor
¿Cómo?, ¿Cómo?, ¿Cómo?, era lo único que podía pensar en esos minutos, el se fue acercando a mi lentamente, trate de retroceder, pero se me hiso imposible por la culpa de la pared.
- por favor, ni que te pudiese hacer algo – parecía irritado, cosa totalmente contrastante con la antigua personalidad de "discúlpame" por todo – ahora si te quedaras quieta, podría borrarte la memoria, y tu pensarías que nada de esto paso en realidad, todo sería mejor ¿No?
- s-si – susurre lentamente, tenía razón, si yo olvidaba aquel suceso, bueno, mi vida sería la misma de antes, solo que menos bosta de lo que es ahora
- quédate quieta y cierra los ojos, por favor – hice lo que me ordeno, pronto comencé a sentir un ligero, muy ligero cosquilleo en mi cabeza, pero nada más, cuando este termino abrí los ojos, todavía podía recordar todo
- todavía puedo recordar todo, todo – al parecer se sorprendió con lo que le dije, por que abrió los ojos desmesuradamente, se sentó de cunclillas y me miro directamente a los ojo, como si tratase de ver la mentira en donde no la había, al no encontrar lo que buscaba suspiro cansado y se paro
- al parecer eres inmune a mi magia, que lastima – me dijo cuando estaba de espaldas a mí, entro al baño y cerró la puerta tras de sí, me mantuve unos minutos en la misma posición en la que estaba, me costaba demasiado asimilar toda esta situación, cuando por fin logre pararme sentí la puerta abrirse, tenía su antigua ropa puesta, solo que con la gran diferencia de que estas ahora estaban secas – me voy
- no, tú no te vas hasta que respondas todas mis preguntas – le dije con la voz más segura y autoritaria que logre tener en esos momentos, me dirigí a la estancia y me senté en mi sillón, el me siguió y se sentó a mi lado
- y quien dice que yo si las voy a responder
- yo
- uff- soltó un suspiro de entre resignación y desesperación – pregunta
- tú, ¿tú de verdad eres un… - trague un poco de saliva para poder pasar mi nerviosismo – un ángel?
- si – esa sola respuesta basto para responder un mogollón más, pero no para responder una de las más importantes
- ¿qué haces acá?
- yo… - titubeo un poco, parecía que mas que no querer decirme, no podía – solo vine a ver la situación de la tierra eso es todo.
- y dime, ¿Por qué en Chile y no en otro país, no sé, como Turquía?, con su terremoto y todo eso…
- porque en este país, bueno, es más pequeño, y otros ángeles se encargan de las catástrofes naturales
- ya veo, ¿puedo preguntarte una cosa más?
- sí, dime
- ¿Por qué soy inmune a tu magia?
- yo,… no lo sé, eres la primera humana que conozco que es inmune a mi magia, lo único que te puedo constatar es que eres diferente a muchas personas, tu aura, tu esencia, no estoy muy seguro de lo que es, pero hay algo en ti que es especial, diferente, y eso le atribuyo que mi magia no sirve contigo
- eso, ¿es bueno o malo?
- depende de cómo lo veas, si quisieras olvidar todo esto, es malo, pero, si por ejemplo, te quieren hacer… vudú, es bueno
- oh, bueno, gracias, ahora te puedes ir
- no, ahora te toca a ti responder mis preguntas
- y que dudas tienes sobre mí, si soy un ser tan… predecible
- bueno, la primera, ¿y tus padres?
- mi-mis padres – baje la mirada, no podía decirle, era un ángel, así que no podía mentirle, solo alteraría un poquito la verdad – es-están de viaje
- ¿a si?
- si –trate de que mi voz sonara lo más segura posible, no funciono
- soy un ángel, y por mucho que no pueda usar mi magia en ti, se diferenciar, a kilómetros la mentira de la verdad
- yo, yo – suspire cansada, todo esto me estaba costando más trabajo del normal – mis padres…

- papa, mama – llame a mis padres, ya era hora de irnos – podemos irnos ya, tengo sueño
- claro hija, ya es bastante tarde – anuncio mi padre después de mirar su reloj – mesera, nos puede traer la cuenta
- sí, de inmediato –anunció la joven, no tardo ni 2 minutos y llego con la cuenta – ¿con efectivo, cheque o tarjeta?
- tarjeta – respondió mi madre con una sonrisa en el rostro
- pase por acá – mi padre se paro y fue a pagar, minutos después estábamos en el auto de vuelta a casa
Ya eran las diez de la noche, y para ser esa hora, un viernes, las calles estaban relativamente pasivas, todo el trayecto nos fuimos coreando las canciones que pasaban por la radio, todo era feliz, todo era perfecto, riendo, cantando, solo disfrutando el hecho de que toda la familia estaba reunida, de vuelta a casa después de ir a comer, todo era perfecto,…hasta ese momento
- papa, súbele, esa canción me encanta – le dije, que error, desvió unos segundos la mirada de la calle para poder subir el volumen, no fueron más de 2 segundos, SOLO 2 SEGUNDOS, y todo acabo, cuando devolvió la vista a la calle, había un perro, y mi padre trato de esquivarlo, pero otro auto, venía a exceso de velocidad al frente nuestro.
Solo recuerdo, el chillido de las llantas al frenar, aquel estruendoso ruido, de dos metales gigantes chocando el uno con el otro, el grito de mi madre con mi nombre, y de ahí, del caos, nada más, ni un zumbido, nada, esa maldita nada. A la que más le tenía miedo
Desperté aturdida, con una terrible jaqueca, en un lugar completamente blanco, y solo existía un lugar en todo el mundo así, el hospital, me senté en la camilla a duras penas, note que tenía una mascarilla de oxigeno, por lo que supuse que había estado en cuidados intensivos, o algo por el estilo, solo podía recordar pequeños fragmentos inconclusos e inconexos del choque.
- Alexia – escuche a alguien llamarme por mi nombre, no era una voz para nada familiar – por fin despiertas
- ¿Cuánto tiempo llevo dormida? – le pregunte al hombre que supuse, era el doctor a cargo de mi
- pues, llevas 5 días en cama
- y, ¿y mis padres? – espere unos segundos, no hubo ni la mas mínima respuesta - ¿¡mis padres!¿¡Donde están!¿¡Están bien! Dígame que si doctor, dígame que si –la lagrimas corrían libremente por mis mejillas, mil y una posibilidades aparecían y desaparecían en mi mente, pero solo una se dignaba a quedarse, muerte
- tus padres, ellos están, bien, pero…
- ¿pero qué? – mi vos sonó vacía, lejana, me estaba preparando para lo peor
- ellos están en coma – coma por alguna razón eso me sonó alentador, ellos algún día, no se sabía cuando, pero algún día despertarían

Ya no lo soportaba mas, la lagrimas, como nunca, corrían, a nadie le había contado la historia completa, solo a mi mejor amiga, y le había omitido algunos detalles, pero por alguna razón, a él se la conté completa, sentí como me abrazaba y decía cosas lindas a mi oído, pero yo no lo escuchaba, solo podía escuchar mi llanto, y la lluvia a la afueras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario