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jueves, 26 de enero de 2012

Reinos Eternos: Capitulo 2

Mitos de los Reinos

- ¿tenemos que hacer esto?

- no preguntes eso, que no yo ni Ann, queremos hacerlo, pero tenemos – me aclaro mi hermano cuando nos estábamos acercando a la puerta en dirección a las escaleras que daban a la sala principal donde nos esperaban nuestros padres y los invitados, ya tenía la escusa perfecta para zafarme de ese espectáculo de perros salvajes que buscan dinero, y con los perros me refiero a los nobles… que a mi parecer son todos unos viejos pervertidos que saben influir en la bolsa de valores, mi idea era saludar a los reyes y príncipes, comer algo y luego decir que eso me había caído mal al estomago, era simple, y efectiva, y si mi hermano me acompañaba mejor aun

Las enormes y blancas puertas se abrieron con un chillido sordo, la luz del candelabro nos llego a la cara, los tres al mismo tiempo hicimos una leve reverencia, y mi hermano y yo bajamos por la escalera izquierda, y Ann por la derecha, me acerque a mi padre

- te vez reluciente Lidia – comento él con un sonrisa

- gracias padre – le dije con un leve reverencia, y continúe – me gustaría conocer a la reina de Inta, y al rey de Argon y Vera, ¿me los presentarías?

- pues claro sígueme mi pequeña promesa – comenzó a caminar conmigo siguiéndolo, mi padre era alguien alto y robusto, tenia barba de el mismo color de su cabello, café, pero que había sido atacado por una que otra cana, en esta ocasión iba vestido con unos pantalón, y una camisa real color dorado, mientas que su pantalón, era color rojo, al igual que su imperiosa corona, tenía una capa del mismo color de el pantalón, un tanto afelpada, sus ojos tenían una actitud de soberanía, si… de un buen soberano, de aquellos, que según los rumores faltaban en Argon, y en el quinto reino perdido – Lilianne, te presento a mi hija menor, Lidia

- se parece mucho a ti, Ricardo – comento la reina del país del eterno invierno – un gusto conocerte, he escuchado mucho de ti, ¿es cierto que sabes luchar con espada?

- a si es reina Lilianne – dije con una sonrisa, la reina de Inta era muy hermosa, tenía el cabello blanco y los ojos de un penetrante color celeste, llevaba una diadema sencilla y con una gema del hielo, cosa que solo se encontraban en su país, su vestido llegaba al suelo, y era de color blanco nieve, muy sencillo, tenía una caída hermosa y corte imperial en el escote, una de sus manos llevaba el anillo real de su corte – me gustaría ir alguna vez a su corte, me han dicho que está cerca de un campo de hielo

- pues te han dicho verdades, mi corte tiene vista a el campo de hielo más pequeño de Inta, pero el mas hermoso a la vez, me sería muy grato tenerte de visita, te esperamos con los brazos abiertos

- gracias reina – luego de eso nos disculpamos con mi padre y nos dirigimos donde el rey de Argon, logre distinguirlo a lo lejos, el hombre gordo y fuerte reía a carcajadas con otra persona, llevaba una capa color café claro y todo su el resto de su taje era en tonalidades naranjas, su corona, que hacia juego con el traje tenia pequeñas franjas color café, muy parecido al de la capa, me seno un poco intimidada ante él, no había recibido muy buenos comentarios de su régimen en Argon, nos acercamos y el hombre paro de reír, recordé que una vez mi madre me había contado que yo era la prometida de su hijo, pero este había muerto en un trágico incidente

- ¡oh!, Ricardo, pero que tienes aquí, pero si es la pequeña Lidia – dijo el hombre con su voz estruendosa - ¿Cómo estás?

- bien, muchas gracias por preguntar rey Rodrigo

- dime, tu practicas lucha, ¿no es cierto?

- a si es

- ¿tu profesora de que reinado es?

- de la suya, rey

- ¿es buena?

- y mucho – el hombre no parecía malo, solo, que tal vez muy liberal, y la justicia en su país al no ser buena… tal vez a eso se referían con que no tenía un buen régimen – rey Ricardo, si me disculpa, tengo que presentarme con el rey de Vera

- que le vaya bien princesa

Nos dirigimos hacia el último rey, trague un poco de saliva al verlo, a comparación de mi padre y el rey de Argon, ese hombre era flaco, y muy alto, me dirigió un mirada lasciva y no puede evitar estremecerme, era la primera vez que lo veía, y ya le tenía miedo, cuando estuvimos cerca de él me miro por sobre el mentón y le susurro algo a la persona que tenía cerca, me examino de pies a cabeza y alguien más se acerco, supuse que era su hijo, por que tenia facciones muy parecidas

- miren eso, si es la princesa Lidia, ¿a que debemos su estancia aquí con nosotros?

- solo quería presentarse Leonard, pero veo que ya la conoces, si es así, no tenemos nada que hacer aquí – dijo mi padre entre dientes

- pero que dices Ricardo, sí, yo ya la conozco, pero mi hijo, no, preséntate…

- una gusto conocerla princesa Lidia, mi nombre es Isaac

- un gusto – tendí levemente mi mano y el hombre que yo había supuesto que era su hijo la beso, cuando levanto la vista sentí que esta me quemaba en el escote, suspire profundamente y busque desesperada la mirada de mi padre

- si nos disculpan, tenemos que irnos

- ¿y a donde?

- esas son cosas que no te incumben Leonard

Ambos nos fuimos y nos dirigimos donde mi hermano

- gracias papa – le dije cuando ya no sentí la mirada de los líderes del país del verano

- eres mi hija, es lo mínimo que podía hacer, ahora te dejo con tu hermano – dijo una vez estuvimos con él y se fue

- ¿Qué paso hermanita?

- nada, tranquilo, hermano, ¿te puede preguntar algo?

- claro, todo lo que quieras

- ¿cuál es la historia de la quinta nación?

- bueno, para eso debes conocer las de las otras naciones, ¿las conoces?

- levemente

- pues yo te las contare, pero vamos a un lugar más cómodo – lo tome del brazo y ambos salimos al patio del palacio, no dirigimos a la pileta, donde estaba la diosa de la primavera representada en una estatua, nos sentamos a la orilla de esta y el comenzó su relato

 >>Todo partió cuando aun no existían los cuatro reinos, ni el quinto perdido, en aquel entonces todos los humanos que habían se dejaban guiar por la avaricia y la lujuria, los dioses, encolerizados por el comportamiento del humano lanzaron una ola que arraso con todo, solo quedaron cinco personas, los cinco reyes, todos eran hermanos, tres hombres y dos mujeres, los dioses, al notar las diferencias de los hermanos, y las constantes peleas por quien tomaba al poder y en donde, decidieron convocar a los dioses de las estaciones, la diosa de la primavera bendijo a un gran terreno con la eterna primavera, la menor de los hermanos al descubrir eso decidió tomar el reino de su estación favorita, ninguno de los demás hermanos reclamo, la joven reina decidió ponerle Prima a nuestro país en honor a las primeras silabas de la primavera, luego, el dios del verano bendijo a Vera, el hermano mayor tomo posición de este, y siguió la filosofía de su hermana para nombrar a su reino, luego, el dios del otoño bendijo a Argon, se dice que el segundo hermano menor era tan ególatra que decidió ponerle a su reino igual que su nombre, por último, la diosa del invierno bendijo a Inta, y la segunda hermana mayor reclamo el terreno, cuentan que su nombre se debe a que la reina tenía un felino de mismo nombre, y al amarlo tanto decidió ponerle su nombre en honor al gato, la diosa del invierno dicto como orden sagrada que su creación no fuese infectada por hombres, cosa que solo las mujeres pudieran ser reinas… todos los hermanos eran felices, menos el de en medio, llorando fue donde los dioses pidiendo un terreno, el dios del verano decidió darle una pequeña isla, con el símbolo de la niebla, en hermano de en medio dentro de toda su humildad solo nombro a su reino "el quinto reino", por que no deseaba que lo reconocieran como rey, los dioses al ver la felicidad de los hermanos repoblaron la tierra, y los reinos se consolidaron y perduran hasta el día de hoy <<

- y ¿por qué le dicen que el quinto reino esta perdido?

- bueno, pues es porque su realeza murió hace 17 años, y nadie se ha a atrevido a tomar su tono, dicen que cada hombre que no ha intentado a muerto súbitamente – mi hermano uso un matiz de voz diferente y misterioso en la última parte de su dialogo – ¿me esperas?, voy a traer ponche

- claro – le dije con una sonrisa en el rostro, mire la estatua y me deslumbre ante la belleza de esta, me estaba comenzado a aburrir, mi hermano se estaba tardando mucho, de pronto lo vi en la entrada del jardín me miraba aterrado, fruncí el seño sin entender

- ¡lidia!, cuidado, hay alguien… - no logre escuchar mas, sentí un fuerte golpe en mi cabeza y todo lo demás se me hizo negro

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